viernes, 27 de abril de 2012

Días largos para un mayor desánimo

Los días se vuelven más largos, sirve de poca cosa cuando uno no se siente bien. Me alivia saber que todo cambiará cuando suene la campana de las tres de la tarde, cuando llegue la hora de volver a casa y de comenzar el fin de semana. El lunes trabajo, sí, pero poco me importa sabiendo que al día siguiente es festivo y que eso me volverá a colocar, casi sin darme cuenta, en mitad de otra semana y a sólo dos días de un descanso semanal.
Hoy el día está asqueroso, gris, con un ambiente opresivo y asfixiante, se puede palpar el mal rollo en el aire. Quizá son sólo imaginaciones mías, quizá mi percepción está sesgada por mi propio estado de ánimo que es exactamente igual a todo lo que he descrito. En nada empezaremos mayo, un nuevo mes, un mes de cambio. Cambio de puesto de trabajo y dar paso a la indefensión que supone dejar de hacer lo que ya dominabas para comenzar a hacer algo que no sabes si serás capaz de dominar. Pero tengo que poder, tengo demasiado planes para este año y no puedo renunciar a ellos, me he de proponer que mayo puede ser un gran mes, puede dar paso a un junio memorable e inflexivo.
Cuatro horas y tocará el reloj, sólo cuatro!

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