martes, 15 de mayo de 2012

Me despierto... Te quiero

Me despierto en una cama que no es la mía (o sí). Hoy no es un día de trabajo, estamos en fin de semana, sábado nada más y nada menos. No tengo planes claros, solamente quiero descansar. Mi mayor preocupación hoy es pensar qué voy a comer o qué voy a ver en la tele (serie, película…). Miro la taza de café que está humeando mientras me siento en el taburete de la barra americana (o quizá un sofá, una butaca o una simple silla en una mesa), mis ánimos están bien porque hoy no pienso hacer nada.

Vuelvo a la habitación y me asomo para comprobar que todo está bien. Ella sigue durmiendo, a pierna suelta. Me alegro. De camino al salón miro un cuadro en la pared (o quizá un póster, o incluso una fotografía), me encanta cómo queda aquí. No he soltado el café y ahora necesito algo para la otra mano, tengo hambre. Me preparo una tostada (o quizá un bocadillo, o incluso alguna pasta) y voy (o vuelvo) al sofá. Enciendo el portátil (o la tablet, quizá el móvil) y me pongo a mirar las noticias. Hago tiempo, no creo que tarde.

Aparece detrás de mí, se detiene en el marco de la puerta, junto a la cocina, al tiempo que se despereza alargando los brazos. La miro y sonrío. Ahí estás. Nos miramos y me devuelves la sonrisa (yo no he dejado de hacerlo). Pensábamos que no iba a llegar, pero aquí estamos. Me viene un pensamiento: Te quiero.

No hay comentarios :

Publicar un comentario