jueves, 21 de febrero de 2013

De móvil a ladrillo. De ladrillo a móvil


Ayer por la tarde vi una película de terror, no una de esas de gore, sangre y vísceras, más bien una de terror psicológico. Por suerte terminó bien y el final fue feliz, por decirlo de cierta manera. La historia comienza con un chaval que está obsesionado con llevar a su móvil hasta lo más avanzado, su preocupación es tenerlo siempre el día. Y cuando ya ha conseguido eso para su móvil se le ocurre hacer lo mismo con el de su novia. Él piensa que será sencillo, unas cuantas investigaciones documentales en internet y listo, como en el otro. Comienza a buscar y encuentra la manera de poner el mismo sistema que en el suyo (aunque menos avanzado por que las características del móvil de su novia no lo permiten). Así que después de hacer las copias de las aplicaciones, de los contactos y de los mensajes de texto, se lanza a la aventura.

Desde el comienzo todo empieza a complicarse, intenta modificarlo como el otro pero le da error. De momento es un error que no implica nada más, cómo se produce antes de modificar el corazón del teléfono no se modifica nada. Sigue buscando otra manera, tiene que haberla. Encuentra un tutorial que parece serio, nadie se queja en los comentarios. Lo hace y se instala la actualización. Llega la hora de reiniciar, sale el logo de la marca y el modelo del teléfono. Pantalla en negro… retroiluminada… continua la pantalla en negro… al final tiene que sacar la batería para apagar el teléfono.

A partir de aquí el nerviosismo se va extendiendo en su interior y la preocupación de haber convertido el móvil en un ladrillo crece. Una y otra vez intenta encender el aparato y ninguna de ellas pasa de la pantalla en negro retroiluminada. Intenta hacer lo que ha aprendido con su móvil, dejarlo de fábrica con la versión original, pero el móvil no inicia en el modo "download", necesario para poder trastearlo desde el ordenador con el programa "Odin". Regresa a la red, a buscar, a bucear por los foros, por las páginas de tutoriales… encuentra una posible solución al tan temido "brick". Aún hay otra manera de acceder al modo "download", desconocida para él, una sencilla combinación de dos teclas con la batería retirada. Lo intenta… funciona! La pantalla se enciende con la figura del androide Andy y bajo sus pies se muestra la palabra "Downloading". Cruzando los dedos carga el archivo en el programa "Odin" y le da a continuar. Aparecen unas letras en Odin que van explicando el proceso. Finalmente la lucecita verde con el "PASS" y el "Done".

El teléfono se reinicia… contiene el aliento… el logo de la marca y del modelo… pantalla en negro retroiluminada… el silencio es roto por la sintonía de Samsung y una estela de luz blanca se desliza por la pantalla en un círculo hasta que la palabra "Samsung" aparece. Exhala aliviado. Respira tranquilo, sabe que ya está todo solucionado. Lo siguiente es el wizard de inicio de android y a partir de ahí la configuración del sistema.

Esa noche va a dormir aliviado, en unos días habrá olvidado lo mal que lo ha pasado. Pero ha aprendido una gran lección: siempre hay que hacer una copia de la ROM para poder recuperar desde el recovery.

Creo que por un tiempo se acabó eso de estar trasteando el teléfono cada dos por tres. Se acabó la obsesión.

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