viernes, 24 de abril de 2015

ViernesdDados: La última noche (1a Parte)

Bueno, finalmente viernes de nuevo... la semana pasada ya se me quedó en el tintero esto de los "viernes de dados" mi intención era publicar cada final de semana un relato corto con inspiración del juego Story cubes (el de los dados). Mi primera idea fue un relato de unas 300-500 palabras, como aquel que hice del abogado. Pero cuando comencé escribir me animé y a mitad de historia llevaba ya casi 800 palabras… por lo que es bastante probable que termine en mil y pico. Para hoy no podré terminarlo porque tengo otras cosas que hacer, tampoco quiero volverlo a dejar en el tintero. Por eso he decidido, de manera excepcional, publicarlo en dos partes. Así que a continuación, lo que ya tengo escrito… feliz viernes!


El niño estaba pletórico durante el periodo vacacional, habitualmente su vida se desarrollaba entre los ruidos de las calles y el gris pavimento de la ciudad. Para él el hecho de despertarse con el canto de los pájaros y el aire del campo no tenía comparación. Estaba en casa de su abuela y eso significaba aventuras, naturaleza y diversión. Cuando se dispuso a acostarse aquella noche reparó que se trataba de la última, al día siguiente vendrían sus padres a recogerle y volvería a su casa en la ciudad. Tenía que exprimir aquella noche al máximo. Fuera del período en el que él estaba allí la habitación donde dormía era una especie de despacho, con una gran mesa de roble negra y varias estanterías repletas de libros. Le encantaba rebuscar entre aquellas estanterías en busca de "tesoros", anotaciones, fotos o incluso algún recibo antiguo, olvidados entre las páginas de los libros. Siguiendo con esa afición empezó a mirar los libros en busca de alguno que destacara. Así fue como dio con aquel estrecho libro de tapas duras. Al sacarlo de la estantería pudo apreciar su encuadernado, de una basta tela gris oscura, casi ennegrecida por completo por el paso de los años. Era antiguo, eso estaba claro, aunque no logró encontrar ningún dato sobre el año de edición o de impresión. Más parecía una especia de diario, un manuscrito con una letra impecablemente bien escrita. No entendió nada de lo que ponía ya que estaba en un idioma que el no conocía, sin embargo también tenía ilustraciones en algunas páginas, las cuales comenzó a ojear. Había diagramas y mapas, pero también dibujos de plantas con lo que parecían descripciones. Entre todas las páginas que hojeó una le hizo pararse más rato que el resto. Se trataba un mapa, una representación de una zona boscosa con un río que cruzaba de punta a punta, salpicado de puentes. Algunos de los elementos dispuestos en el dibujo le resultaron extrañamente familiares. Al final se percató de que aquello era un mapa de la zona dónde estaba la casa de su abuela, dónde él estaba en ese momento. Inspeccionó el mapa detenidamente en busca de alguna marca o alguna indicación y tras unos minutos encontró una señal, marcada muy tenuemente sobre el dibujo de un árbol. Lo conocía, "el viejo" así era lo como llamaban, decían que tenía más de setecientos años. No podía ser casualidad, en aquel árbol tenía que haber escondido algo. En aquel momento se dijo a sí mismo que ojalá hubiera encontrado aquel libro antes, el primer día que llegó, por ejemplo. Pero era la última noche y al día siguiente se marcharía, no podía dejar escapar aquella aventura.

Se cambió de ropa y se puso a preparar su mochila con algunas cosas como aquel libro, una linterna o una brújula. La casa de su abuela era de dos pisos y él se encontraba en el piso superior. Abrió la ventana y salió por ella. No era la primera vez que salía por ahí y lo tenía bastante dominado. A los pocos minutos ya se había alejado de cualquier luz por lo que tuvo que encender la linterna. Estaba en el bosque, la noche no era particularmente oscura pues había luna creciente y se podía ver bastante bien una vez te habías acostumbrado a la oscuridad, aunque la linterna no venía mal para evitar caer en algún agujero imprevisto. Si no había interpretado mal el mapa el camino era relativamente corto, primero tendría que cruzar un puente que separaba la parte este del bosque de la oeste. En aquella zona parecía que nada estaba exento de su historia por lo que el puente también era muy antiguo y acumulaba numerosas leyendas, sobretodo una relacionada con una criatura que habitaba bajo él y que devoraba a los caminantes que intentaban cruzarlo de noche. Era de noche e iba a tener que cruzarlo si quería continuar con su aventura.

No tardó en escuchar el rumor del agua que corría por el río, estaba muy cerca. A lo lejos, en la oscuridad, se dibujaba tenuemente la silueta de un puente. Estaba construido en madera y se veía fuerte y sólido. Los pilares de piedra se hundían en el agua y no podía imaginarse hasta dónde. Apagó la linterna antes de acercarse al principio del puente, iba a cruzarlo a oscuras no fuera el caso que despertara el interés de la criatura.

Continuará...


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