Me levanto
a las 6.30 y el sueño se apodera de mis párpados impidiéndome abrir los ojos.
Da igual la hora a la que me acueste, antes, después… dormir más horas o menos,
la sensación de sueño me parece la misma. Pienso en el trabajo, no quiero estar
allí, no quiero estar en ninguna parte, quiero dormir. Quiero despertarme sin
saber qué hora es y sin preocuparme de cuándo tengo que levantarme.
Pero no
puede ser, tengo que levantarme y tengo que ir a trabajar. Hoy será un día
largo.
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