Mitad de semana,
pim pam. Blog arriba blog abajo. Se acercan las fechas navideñas y cada vez le
veo menos sentido a todo lo que ello comporta. Los regalos innecesarios, las
obligaciones… Creo que tengo que plantearme seriamente el sentarme a
reflexionar y dar un paso hacia delante para simplificar mi vida. Parece fácil
y quizá lo es, pero a mí no me lo parece. Hemos dedicado ya un par de días a
compras navideñas y creo que ha sido cuando más he sentido esa sensación de “pero
qué estás haciendo”. Y no lo digo por gastar dinero, que también, sino por esa
sensación de estar comprando cosas innecesarias que las otras personas no
comprarían o que en el caso de quererlas sin ser navidad ya se las habrían
comprado. Es decir, se convierte en un intercambio de dinero porque ya ni
siquiera nos paramos a pensar qué cosa podría hacer ilusión al otro. Así que
más me vale comenzar a reflexionar sobre el tema y hacerlo porque será la única
manera en que las cosas cambiarán. Porque al final es uno mismo el que se
limita muchas veces y está a nuestra disposición la capacidad de tomar las
decisiones que queremos para cambiar las cosas.
En fin, sería dar
vueltas sobre lo mismo así que lo dejo ya. Conclusión: quiero un cambio y si no
lo genero yo las cosas no van a cambiar.
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